Dices que no es tu error, sino el de alguien más...
Escúchate, obsérvate al espejo y dime lo que reflejado vez,
tal vez pudiste haber sido un error, alguna pequeña equivocación
a falta de valor o una mejor creación.
Si me preguntas si a caso soy perfecto
te contestaría que soy un perfecto engendro de Dios,
quizá en tus ojos no se refleje la luz
como en los ojos de ÉL donde todo es azul.
A su lado no existe el odio,
o siquiera lo poco que hay de maldad en este mundo.
A su lado existe lo eterno,
al formarnos en una esfera donde no existe más que fe.
Date la oportunidad de afrontar que no hay sol sin un adiós,
que las nubes también aprenden a llorar,
aún los árboles por más llenos de vida también saben morir
y con el tiempo vuelven a renacer.
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