Tantas lunas sin poder dormir me hacen perder la noción del tiempo,
como si de imaginación se tratara o falta de amor, pero si de convicción.
Desde siempre he sido tímido y sin muchas fiestas a las cuales ir,
siempre pateando la lata tirada a media calle y preguntarme:
¿Qué pasaría si la levanto, dejaría de divertirme para hacer algo mejor?
Y fue así que hice de mi vida un gran cambio,
uno en el que incluyera mi personalidad y ganas de triunfar,
pues la verdad es que deseo hacer tanto que hasta la fecha no sé por dónde empezar.
Me gusta comenzar por el plato final, antes de disfrutar la sopa del día..
Aprender a manejar cuando ni siquiera sé el rumbo que quiero en mi vida tomar..
Leer libros que me gustan, antes de abrir los que tengo en mi repisa..
Decir te amo antes de que lo sienta de verdad..
Pero lo que más desearía es estar seguro de lo que quiero, tomar las riendas de mi destino y hacerlo realidad, porque el tiempo recorre varias distancias inimaginables que ni yo mismo me podría dar cuenta, los amigos cambian como los zapatos, la familia se vuelve menos estrecha de lo que era antes,
los amores prohibidos se vuelven letales y yo sigo parado en la misma calle.
La música revive los momentos y sonrisas de ayer, me hace sentir seguro, como si entendieran mi vida y apoyaran en cualquier momento. Las cartas escritas ya no regresan como antes, las películas duran más de lo debido y se olvidan de incluir lo más importante, y tu... te vas de aquí sin despedir, porque nada ni nadie es para siempre, todo está en constante movimiento y no vuelve a ser como antes.
Dicen que si fue bueno, será un recuerdo y si fue malo, tan solo es una experiencia, como dije... no hay que encasillarse en algo, hay que fluir y dejar vivir, tal y como el aleteo de aquella mariposa que da vueltas en mi jardín, pues siempre se muestra clara y libre, sobretodo libre, feliz de poder estar un día más en aquel jardín que nunca sabe hasta cuándo podrá disfrutar.
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