La noche es bella, aún sin tu presencia,
me corroe y desciendo hacia ella...
Las calles se encuentran desiertas,
con ausencias siniestras.
Miro a la luna preguntándole dónde estarás,
me contesta con una lágrima dejándome sin respuestas...
La noche es clara, aún sin tu presencia,
como si mis dedos no sintiera...
Mis ojos lloran porque no te encuentran,
frágiles aún por mis penas.
Parece fría la noche y mi vida es imperfecta,
tanto que los espejos de solo verme se quiebran.
De repente, sus alas a mi cuerpo se acercan,
me seducen y acarician.
Me dice que no tema, que me ama
y tomando su mano me invita a volar.
Las luces de la ciudad me ciegan,
me adormecen, me asustan.
Ella me guía, dice que mi fe me salva,
aferrándome a lo valioso de mi infancia...
Mi madre decía: "Reza y tus plegarias serán escuchadas,
El paraíso es el lugar de donde provienen los iluminados con alas."
Me envuelve la calma, creo que estoy en mi recámara...
El dolor se esfumó, dichoso puedo decir... ya no siento nada.
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