Un buen día, como cualquiera, mariposas surgieron del estómago hasta llegar a una extraña cavidad que palpitaba como un panal de abejas, ese panal que por dentro revoloteaba, sin saber de pronto qué le golpearía tan duro como para ser alebrestado y herido.
Dentro de aquel rojo motor, nos fijamos tanta metas, tantas alegrías, unas para sonreír, otras para sollozar de la emoción y algunas para volar. Entre más te quieren, más te exigen, entre más besos das, más pasiones se crean, paisajes infinitos de estrellas, esperando surcar los horizontes de aquellos dos corazones que darán vida a un sentimiento pulcro, poderoso...
Al caer la noche, él la espera, deseando verla, sigilosa y con cautela. Una vez estando juntos, sus manos se juntan, un acto de unión, mientras sus caras se buscan, sus labios se cruzan y la luna los contempla, viendo el acto final a tan sincera obra nocturna.
Durante la primavera se ven a diario, pareciera que no hubiera un final, que sus ojos se ven de forma inmortal y certera... ¡La llama del verano los consume! los devora y los besos, las caricias, la pasión, los mantiene unidos, como nunca antes... El otoño comienza a decaer, como las hojas en su desesperada caída de tan bello florecer, ahora las discusiones no se hacen de esperar, y algunas lágrimas comienzan a brotar, preguntando dónde quedó ese calor que los unía para la eternidad...
Con frío en su corazón, el hielo los separó, a pesar de recordar todo ese frágil motor, con un ultimo beso de su amor, finalizaron su relación...
Las cuatro estaciones del año reflejan el cambio de un amor, los niveles de ansiedad, los momentos de ira y lejanía, juntos mezclando un color abisal, un color de oscuridad. Nadie sabe para quién vivimos, o para qué reímos, son las circunstancias que nos ponen a prueba, que nos siembran una idea, nos hacen fuertes, libres, apasionados... Como buen final, nos merecemos con un aplauso cerrar, tal como cae el telón, despedirnos de esa magia que dimos... el escenario en el que vivimos, los sets que recorrimos, el discurso de haber amado, de haber perdido, son todos logros que nos muestran el camino, que nos ayudan para no perder de vista el piso.
& lo mejor de todo es que aún vivo,
aún me quedan fuerzas para seguir cautivo,
cautivo de mis sueños, cautivo de mis miedos...
siempre se vuelve a amar, la llama aún sigue latiendo.
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