La vida ante mis ojos se torna en un mar abierto, donde no sabes dónde llegar a parar, o a qué dirección te llevará... siento que aún me encuentro perdido en este vasto mundo, si bien dice mi madre vivo la vida al revés, siempre despertándome a la hora contraria de la que se debe despertar, comenzando por vestirme desde los calcetines y acabando con una chamarra que me cubra del frío matutino...
Comiendo a horas inadecuadas, lento y seguro al hacer la tarea, llegando a casa para dormir y de noche vivir, siempre he sido un chico fuera de lo real, fuera de lo ordinario, quizá ese sea mi toque especial de a diario.
He hecho tanto, he conocido a mucha gente con miedos y daños, así como la alegría de ver sonrisas reflejadas en caras de antaño, siempre formándome a base de opiniones e ideas ajenas, pero nunca a base de lo que prefiero o me gusta con exactitud, sino hasta dentro de dos años atrás que decidí agarrar las riendas de mi vida, recrear mi propio espacio, ser aún totalmente distinto, abstracto y a la vez de corazón abierto, pues la vida se debe seguir según tu creas conveniente, según tu la veas o sientas.
El camino ha sido largo, nada fácil por cierto, pero me mantengo en pie, puedes verme desalentado, desorientado o sumamente loco atareado, sin embargo, siempre me verás con una sonrisa, porque de este accesorio dependo, aún sin alguna presencia.
Doy gracias a Dios por bendecirme en mi camino, a mi propio paso, sea lento o rapido, sea ligero o pesado, sea curioso y a la vez extraño, porque de mis manías, dueño soy, sé que a no todos les agradará mi forma de ser pero de algo debo estar seguro, siempre me agradará la forma en la que respiro, sin importar cuán podrido o egoísta sea el mundo, el motor de mi corazón será el empeño que uno le ponga a todo aquello que vaya a querer alcanzar en la vida.
Si mi destino es bagar por este mundo viviéndolo al revés, entonces no habrá más que pasarlo de lo más cómodo, porque aún con mis defectos y virtudes, jamás, JAMÁS DEJARÉ DE SER YO.
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