22 julio 2012

Sufriendo sin consentimiento

De mi alma lo peor ya he llorado,
tal como estos ojos que todo ya lo han presenciado.

La peor parte la pasé sujetando mi peluche entre mis brazos,
un recuerdo de antaño,que de niño tuve porque el destino así lo pidió.

Mi amor lo encontré vagando
sin saber que éste fuera mi primer verdugo.

Quizá de mi centro me haya extraviado, 
justo al anochecer cuando su manto me atrajo
ese dulce aroma de peligro 
como cuando los niños se esconden del lobo feroz.

Mi futuro fue sin duda por siempre alterado,
un eterno invierno a lado del lobo estepario...

Fueron sus garras que me atraparon,
desgarraron mi inocencia cuando menos se percataron.

Su aliento de olor a azufre me mantuvo callado,
un arma letal y en sus brazos me mantuve cálido.

Ahora resurjo de una semilla a un fruto maduro,
siendo incapaz de retomar el rumbo,
fue entonces que la nieve abrió mis ojos
para nunca volver al cálido pasado que una vez me sedujo.

De mi corazón ya todo lo he escrito,
en este diario que me hace los días más vivos.

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