Nadie quitará el daño que causaste,
haya sido por desquite o un gesto raro
porque día a día me llevo conmigo esta cicatriz
que arde desde el fondo de mi alma envenenada.
Quizá nadie se de cuenta de lo mal que me siento,
sentirse olvidado de la luz del faro
y no ser alumbrado por el claro.
Entre más me busco, más me hundo
queriendo salir de este sueño iluso
del que formo parte aún sintiéndome inseguro...
Mis pensares son distintos a los tuyos
porque veo ambos cuerpos tatuados sobre uno mismo
sintiendo calor y frío como cualquier otro.
Prefiero ocultar mi herida al desnudo
que nadie vea mi cuerpo absurdo
o siquiera mis gustos hacia ambos rumbos.
Se alejarán de mi como conmigo lo hiciste,
me humillarán tanto como a ninguno.
Tan sólo pido me regales tu adiós y renuncies a mi
que mis lágrimas no se acuerden de una vida arruinada.
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