27 enero 2013

"Adolescencia fallida".

Extraño tus manías, así como tu sonrisa.
No es que te extrañe, pues no es así,
porque me dejaste mal herido.

Por sólo un momento quise el cielo tocar,
quise tus besos probar, y en tus brazos estar...
¿qué no lo ves? aún me dueles.

Pero me duele más haberte estregado:
Mis ganas de cantar, mis dibujos en stand by, muchos te quiero que al teclado escribí por ti, aquellas llamadas en horas indiscretas con estas ganas de escuchar tu voz traviesa, mis abrazos de tan sólo un momento pero que para mi significaron no te vayas, quédate otro más tiempo... mis enteras ganas de besar, pero por sobretodo mi fe de creer en que los dos podríamos funcionar...

Así que no te extraño, sino a esa presencia inadvertida y a la vez tierna...
Y no... no extraño tus ojos que a simple vista parecían piadosos, sino esa alma de creer en alguien más.
Por último, no extraño tus besos ni caricias, simplemente extraño haberme sentido querido tan sólo un momento en lo que va de mi adolescencia fallida.


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