Prefiero amores de verano,
con extraños,
donde nos tocamos
y los cuerpos entregamos.
No soy conservador,
y mis años pasan en vano,
sin recibir nada a cambio,
como cada año.
Los monstruos del pasado
me atan y hacen su esclavo,
mientras cazan por diversión,
matan por satisfacción.
El conjuro se repite en un intervalo
que pretende seguir vivo,
que pretende herir sin consentimiento,
a todo aquello mal herido.
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