Al comienzo te creí tan cierto como de ti...
Pero con el tiempo definí la oscura sombra que te cubría.
Nos dejamos llevar y en medio de la tempestad
nuestros cuerpos se lanzaron al mar...
Nadie nos podía parar,
eramos algo así como un sueño del que nadie nos podía despertar.
Aún en la oscuridad siento mi cuerpo estremecer,
del mismo modo que tu me besabas "sin querer".
Por las mañanas te persigo entre sueños,
sueños que sólo tu has de recordar,
o pesadillas que nadie ha de contar.
En mi cuello tu recuerdo llevo clavado...
Mientras me veo en el espejo es fácil engañarme sin tu presencia,
la misma que mató el anhelo
de lo que fue un verano de invierno.
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