Aún cuando me inscribí en la maestría, no tuve aquella sensación de alegría que se tiene cuando esperas formar parte de una institución, sin embargo, lo deje pasar... Y es que en estos momentos de mi vida, soy tan sólo un estudiante de 21 años, con dudas, como de costumbre, buscando empleo y con esta pregunta rondándome en la cabeza: ¿Y ahora qué sigue? o la típica: ¿Dónde trabajarás?
Sé que esta etapa es pasajera, como muchas que he tenido, como la vez donde quería salirme de la carrera para empezar de 0 en otra.. pero la verdad es que mis padres me orillaron a terminarla y heme aquí, graduado y.. bueno.. entre otras cosas, aún sigo esperando el título que prometieron darme en septiembre, sin embargo, ahora resulta que me lo darán hasta febrero por circunstancias "externas" a ellos. Bah.. qué relajo... en fin, lo único bueno que recordaré de mi etapa de universitario son los amigos que hice, algunos se fueron, unos cuantos vinieron y otros tantos ya hasta los desconozco.
Cabe mencionar que fue en la Universidad donde me sentí en mi propio hogar, midiendo mi carácter y metas que yo me propuse alcanzar. Me quité el saco del pasado, para descubrir un auténtico yo, distinto e inigualable, se podría decir que... fui más libre, navegando las aguas de la vida a mi propio ritmo, con caídas y triunfos.
Volviendo a mi presente, sólo espero ser parte de algo nuevo, algo increíble, y dejar de sentirme aislado, incomprendido y absurdamente descorazonado, porque todos en algún momento nos hemos sentido de esta manera. Puede que esté dejando atrás la adolescencia para servir a una esencia adulta o "sabia", pero en el fondo no estoy del todo convencido de crecer, pero qué se le hará, con el tiempo uno crece y deja atrás amigos, pertenencias, amores, fiestas, familia...
Como dije algún día.. podría perderlo todo excepto mi dignidad.